
Un grave caso que involucra un robo y posterior eutanasia de una mascota fue denunciado en el municipio de Rionegro en la vereda La Laja. Los hechos habrían ocurrido el pasado martes, cuando una mujer que se movilizaba en un vehículo de placas KBQ-826 se llevó, sin autorización, a un perro que vivía en una finca del sector.
De acuerdo con los propietarios, cámaras de seguridad registraron el momento en el que la mujer, quien se identifica como animalista, descendió del vehículo, tomó al animal y se lo llevó. Posteriormente, al intentar contactarla, la mujer manifestó que había aplicado la eutanasia al perro.


Según conoció DiariOriente, aproximadamente un mes antes del hecho el perro había sido reportado ante el Centro de Bienestar Animal de Rionegro, Ceiba, bajo el argumento de que se encontraba en situación de calle. Funcionarios de la entidad realizaron una visita a la finca y constataron que el animal se encontraba en buenas condiciones, bajo cuidado responsable y en tratamiento veterinario por un tumor, con controles en una reconocida veterinaria del municipio. Durante la inspección, se documentaron medicamentos, cremas y el seguimiento médico correspondiente.
El pasado martes, la misma mujer habría llamado nuevamente al Ceiba para reportar que el perro estaba fuera de la propiedad. La entidad se comunicó con los cuidadores, quienes informaron que el animal no se encontraba en ese momento en el lugar. Minutos después, el Ceiba notificó que la mujer se había llevado al perro, argumentando un supuesto maltrato.
Cabe destacar que, según relatan los propietarios y vecinos del sector, el perrito solía permanecer con frecuencia en la puerta de la finca, un lugar al que estaba acostumbrado y donde se amañaba con tranquilidad. Habitantes que transitaban regularmente por la zona aseguran que lo veían calmado, dócil y sin señales de abandono o maltrato.
Los propietarios aseguran que nunca autorizaron el retiro del animal. Inicialmente, al solicitar información al Ceiba, les indicaron que el perro se encontraba en una veterinaria, sin precisar cuál, y les pidieron paciencia mientras se obtenían más datos. Tras recorrer varias clínicas veterinarias de Rionegro, la familia confirmó que el perro no estaba en ninguna de ellas.
Al día siguiente, al insistir en la información, se les indicó que no estaban autorizados a dar detalles. Solo después de manifestar su intención de interponer una denuncia, les confirmaron que el animal estaba en poder de la mujer identificada como Silvia, quien tendría una guardería canina en el sector de La Mosquita. La familia se desplazó hasta el lugar, incluso con acompañamiento policial, pero la mujer no atendió ni permitió el ingreso, pese a los llamados. Según relatan, el dueño llamó al perro y pudo escucharlo aullar desde el interior del lugar.

El jueves, la misma mujer informó que había sacrificado al perro al considerar que no estaba en condiciones adecuadas de salud. Sin embargo, no entregó el cuerpo ni brindó información adicional sobre el procedimiento realizado. Hasta el momento, se desconoce el paradero del animal y no ha habido respuesta a los requerimientos de la familia.

Adicionalmente, la familia denunció que la mujer comparte en sus redes sociales publicaciones en las que afirma salir a medicar perros sin contar con autorización de sus propietarios ni respaldo profesional. En una de las publicaciones, que fue puesta en conocimiento de las autoridades, la mujer señala que iría a buscar un perro que había visto días atrás, pese a que tenía dueño, para aplicarle un antipulgas sin informarles, argumentando que estos no accedieron a entregarle el animal. Estos mensajes han generado preocupación entre los denunciantes, quienes cuestionan este tipo de actuaciones y advierten sobre posibles riesgos para los animales y la responsabilidad legal que ello implica.


“El perrito tenía más de 12 años con nosotros, era muy tranquilo y vivía en la finca, donde hay cuatro casas. No estaba abandonado, era el perro de todos”, expresó la familia. Añadieron que el animal era especialmente querido por un menor de edad y por todos los integrantes del hogar.

La familia calificó como injusto que alguien se lleve una mascota sin consentimiento, decida aplicarle la eutanasia y luego no responda ante los dueños ni entregue el cuerpo. “Se robaron al perro, lo mataron y nadie responde”, concluyeron.



