
Desde hace dos años y medio, Jeison Marín, oriundo del municipio de Sonsón, ha trabajado en la recuperación del tejido ancestral de la ruana perrileña.
Marín pertenece a la cuarta generación de una familia de tejedores. «Mi tatarabuela provenía de la vereda Perrillo, una de las principales productoras de ruanas y cobijas de lana de oveja en el Oriente antioqueño. Esta actividad fue el principal motor económico de ella”.


Con el tiempo, el desplazamiento y la desaparición de los rebaños provocaron el declive de la tradición. Los telares quedaron en desuso y no hubo manos capacitadas para restaurarlos. A pesar de que en otras regiones andinas como Pasto y Boyacá la producción textil sigue vigente, en Antioquia se ha visto disminuida.

Históricamente, en Sonsón, el tejido ha sido un oficio de mujeres, pero Marín rompió con esta estructura al fundar Maitamá Tejidos Ancestrales, un nombre que rinde homenaje a su abuela Maita y al cacique Maitamá, antiguo habitante de la región.


“Decidí tomar este enfoque y darle el nombre de maitamá tejidos ancestrales por homenaje a mi abuela que es Maita y si le quito el ita es mamá”.
En septiembre de 2022, descubrió en la finca San José de Las Cruces el antiguo telar de su tatarabuela, que tiene más de 150 años y puede ser restaurado completamente. Luego, halló otro telar, con una antigüedad de 65 años, perteneciente a una mujer llamada Angélica, quien lo había dejado en desuso.

Hoy en día, Marín elabora ruanas coloridas y cojines perrileños, con la intención de posicionar a Sonsón como un referente en la producción de tejidos ancestrales. Su meta es recuperar el legado artesanal y convertirlo en un atractivo turístico que impulse la economía local.



