
En el Oriente Antioqueño, una región rica en biodiversidad, se destacan diversas especies emblemáticas que juegan un papel crucial en el equilibrio del ecosistema.
Desde Cornare, se ha identificado un grupo de cuatro especies carismáticas que se han designado como valores objeto de conservación (VOC), orientando así los esfuerzos de conservación hacia aspectos clave del paisaje, características biofísicas, composición de fauna y flora, así como la valoración social de estas especies en el territorio.
Entre ellas se encuentra el olinguito, también conocido como Bassaricyon neblina, el cual fue descubierto en 2013, identificándolo mediante la comparación de morfología del cráneo, dientes, pelo y ADN. Hasta el momento se reconocen cuatro subespecies.


En la SiB Colombia (Sistema de Información sobre Biodiversidad de Colombia), el olinguito se encuentra en el listado de especies de fauna silvestre.
Esta especie presenta pelaje denso y largo, con tonalidades que varían entre anaranjado y café rojizo. Es la especie más pequeña de su género, con una cola voluminosa, ojos grandes y un hocico mediano y puntiagudo de color gris oscuro.
Dependen de áreas boscosas para sobrevivir, los olinguitos son solitarios y tienen hábitos nocturnos. Su dieta es frugívora, alimentándose de néctar, pero también son carnívoros.
Esta especie se encuentra en la región andina de Colombia y en la parte norte de Ecuador, específicamente en las cordilleras central y occidental de Colombia; aunque, su presencia se ha registrado últimamente en el Oriente Antioqueño, puntualmente en zonas de El Retiro y Rionegro.

Siendo una especie que no hace mucho fue descubierta, aún no existen planes de conservación establecidos y se encuentra actualmente en estado casi amenazado según la lista roja de UICN, con una población en disminución debido a la pérdida de hábitat, la actividad humana y el cambio climático, siendo considerada endémica y dependiente exclusivamente de los recursos locales.
Se revela que entre 1967 y 1976, un Olinguito fue exhibido en varios zoológicos, confundiéndose con otra especie y siendo trasladado sin ser correctamente identificado. Este descubrimiento se destaca como la primera nueva especie de carnívoro identificada en el hemisferio occidental en 35 años.
Cornare hace un llamado a la conservación de áreas y especies protegidas, destacando la importancia de preservar los ecosistemas para las generaciones presentes y futuras. “Conservar estas áreas protegidas contribuye a la mitigación del cambio climático, a preservar sus servicios ecosistémicos como el agua para las generaciones presentes y futuras, así como su biodiversidad, paisajes y su patrimonio arqueológico y cultural”.




