El fútbol colombiano, otro contagiado más por COVID-19 y en cuidados intensivos.

Desde el 13 de marzo del presente año, día en que se tomó la decisión de parar los rentados de fútbol profesional en nuestro país, la Dimayor ha vivido sus peores días, no solo por la crisis económica, sino también por la rebelión de los presidentes opositores de la dirigencia de Jorge Enrique Vélez, máximo dirigente del ente organizador de los torneos en Colombia.
En la Dimayor pensaban a finales del 2019 que el siguiente año iba a ser el comienzo de una gran era para el fútbol y lógicamente para sus bolsillos. Tenían previsto la implementación del nuevo canal premium WIN+, además de vender los derechos televisivos el exterior. Mejor dicho, nos imaginamos a todos esos genios del fútbol colombiano frotándose las manos. Claro, a costa de los $29.900 por cada suscriptor y los cerca de 80 millones de dólares que le entrarían por parte de la firma foránea encargada de cerrar el negocio de la televisión.
Pese a las críticas y el rechazo rotundo de la ciudadanía amante al deporte rey en Colombia para adquirir el canal premium, lo lanzaron y lo pusieron en marcha. Un canal excesivamente costoso, aún precario en contenidos y producción, comparado con lo que vemos de manera gratuita en las cinco mejores ligas del viejo continente.
Con todo esto, la eliminación de la señal pública transmitiendo el FPC y encarando al gobierno nacional, donde tajantemente manifestaron ¨pagan o pagan¨, el fútbol cafetero inició con las figuras estelares de Miguel Borja, Adrián Ramos y Andrés Andrade. Solo este último ha logrado dar pinceladas de buen fútbol. Pajazos mentales si creemos tener la quinta mejor liga del mundo.
En febrero, sin haber llegado la pandemia a Colombia, se empezó a desatar la crisis al interior de los 36 clubes asociados a Dimayor. Los 80 millones de dólares prometidos no habían llegado, los dirigentes esperaban el ingreso de esos recursos para pagar nóminas y terminar de confeccionar sus planteles de cara a la liga y torneos internacionales. En la última asamblea realizada, antes del parate, hubo un ultimatum para Vélez y sus secuaces. ¨100 días para que entre el dinero o no sigue como presidente¨. Más allá del tema económico, hay disgustos también por el cambio de estatutos, el contrato del VAR, entre otros temas. Los apoderados de los clubes fueron claros, aunque el COVID-19 por ahora salvó al expolítico de Cambio Radical.
El fútbol paró sus actividades, es incierto el comienzo. Se alcanzaron a jugar solo ocho fechas y cada club tiene una idea distinta para reanudar el certamen. Los equipos han tratado de llegar a acuerdos con sus planteles, otros suspenden contratos y algunos para poder salvarse deben entrar en quiebra. Durante el fin de semana el presidente de Atlético Nacional, Juan David Pérez, manifestó que la escuadra más ganadora y con mayor poder adquisitivo del país, ya no es sostenible financieramente. Una alarma generaralizada por Dimayor, la cual manifiesta que si de acá a principios de mayo no se reinicia la Liga, los estragos económicos iban a ser irreparables.
Ahora bien, lo de los clubes es totalmente entendible, sus mayores ingresos son la venta de jugadores, taquillas, sponsor y pagos publicitarios, ninguna de las actividades mencionadas vienen siendo realizadas, con el agravante de que son empresas con salarios altos, por encima de los nueve dígitos mensuales, incluso.
El tema acá es con la Dimayor, no sé si es justicia divina todo esto que les está pasando, pero le quitaron al pueblo la alegría del fútbol, el egocentrismo y la avaricia de los dirigentes hizo que la gente le perdiera interés. A hoy, el fútbol no pasa ni a un segundo o tercer plano. El gobierno debe tener otos sectores de prioridad para facilitar los préstamos, es vital que aseguren la salud, abastecimiento y empleo a los ciudadanos de a pie, lo otro puede esperar.
Me asalta la duda de lo mucho que servirían los más de doscientos mil millones de pesos que le robaron a los hinchas, supuestamente su razón de ser, en ese cuento del ¨enrolamiento¨. Ay, dirigentes de Dimayor, si tuvieran un poquito de vergüenza, pero ni eso tienen…
El fútbol está en cuidados intensivos y no sé si hay quién quiera salvarlo. Por ahora no rodará la pelota, si rueda lo harán sin público y con una división sin precedentes. Todo por cumplir el contrato con la televisón y los seis años firmados.
Por: José Daniel Castro Bedoya
Comunicador.
Foto: @Dimayor
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