En una tarde lluviosa en el municipio de Carepa, en Antioquia, mientras el agua caía con fuerza sobre las calles empedradas llenas de charcos, Amado de Jesús vendía las morcillas que su madre le ponía en una charola. Ese día, el destino le tenía preparada una sorpresa particular y jocosa. Al escuchar las risas y gritos de sus amiguitos, que jugaban un partido de fútbol en una cancha improvisada, decidió unirse a la diversión y, entre patadas al balón y regates hábiles, Amado de Jesús lanzó un disparo potente que derribó la charola y dejó las morcillas esparcidas por la vía.
Sin perder la compostura, con astucia y rapidez, Amado de Jesús las recogió y las lavó con el agua de lluvia, convirtiendo así el percance en una anécdota alegre para recordar. «Así vendí todas las morcillas, incluso creo que quedaron mejores», cuentan a quienes le escuchaban esta historia de su niñez.
Amado de Jesús, según relatan su familia y la Corporación Reiniciar, que documenta casos de desaparición forzada a miembros de la Unión Patriótica, era un hombre generoso que disfrutaba compartir y ayudar a sus amigos y que, por motivos de seguridad, se desplazó de Urabá hacia Medellín. Allí, al cabo de un tiempo, recibió un terreno en el corregimiento de Santa Ana del municipio de Granada, en Antioquia.
Cuando Amado de Jesús tenía 44 años, dejó de compartir con sus seres queridos. El 28 de agosto de 2001, a las ocho de la mañana, salió de la vereda La Estrella, del corregimiento Santa Ana, hacia Medellín, ciudad adonde viajaba constantemente.
Al no saber nada de Amado de Jesús, sus familiares emprendieron un viaje desde La Estrella hacia el cementerio ubicado en la cabecera de Granada, en busca de una pista que les revelara el destino de su ser amado. Al llegar, el sepulturero les indicó una galería donde reposaban los cuerpos de personas no identificadas entre los que podía estar el de Amado de Jesús.
Sin constatar la muerte de Amado de Jesús y sin recibir pistas concluyentes, la familia se desplazó a Medellín en busca de respuestas. Y así, por años, sus hijos continuaron la incansable búsqueda.
En la UBPD, la búsqueda nos une
En el 2021, la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) visitó el cementerio de Granada y, con ayuda del sepulturero, halló un registro del sitio de disposición del cuerpo de Amado de Jesús que llevó a los investigadores a la bóveda 104 del pabellón San Juan, pintada de blanco. Pero, en ese momento, para los familiares no fue posible establecer si allí estaba su ser querido. Después, la UBPD accedió a información no conocida por los buscadores. Con este avance, localizó a la familia y entabló con ella una serie de diálogos, en compañía de la Corporación Reiniciar.
En uno de estos encuentros, la familia manifestó su propósito de ser parte de la identificación y la entrega digna. Uno de los hijos proporcionó muestras de ADN para un análisis genético, con la esperanza de que el cuerpo fuera de su amado padre.
La Unidad de Búsqueda también contrastó los eventos relacionados con Amado de Jesús y la información recopilada sobre el contexto de conflicto armado vivido en Granada, que el Centro Nacional de Memoria Histórica identifica y refiere en el libro Granada. memorias de guerra, resistencia y reconstrucción: “Es un municipio emblemático de la guerra y de la paz (…) Granada fue un territorio, casi literalmente, devastado por la guerra. Sin embargo, no sucumbió y no lo hizo gracias a la capacidad de su gente y sus instituciones, quienes después de sortear la guerra debieron emprender rápidamente un proceso de reconstrucción física y social que hoy tiene como eje el reconocimiento de las víctimas y la memoria colectiva”.
En marzo de 2024, la investigación humanitaria y extrajudicial de la Unidad de Búsqueda, el informe elaborado por el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses y el acompañamiento permanente de la Corporación Reiniciar y de la familia permitieron concluir que el cuerpo sí correspondía a Amado de Jesús Garcés Hidalgo: un hombre de 44 años, de bigote poblado, tez trigueña, alto, delgado, de cabello negro y dentadura en buen estado.
La entrega digna de un ser amado
Varios miembros de la familia de Amado de Jesús, que residen en Medellín, le expresaron a la UBPD el deseo de que su ser querido fuera entregado con dignidad y sepultado en el municipio de Carepa, lugar que lo vio crecer, reír y ayudar a su familia y amigos. A este homenaje que duró dos días y que contó con la presencia de amigos de la familia, la Unidad para las Víctimas y la Alcaldía de Carepa, se sumó Reiniciar, corporación que “destaca el liderazgo de Amado y su reconocimiento dentro de la Unión Patriótica. Esta entrega digna es muy importante para el colectivo de buscadores de personas desaparecidas forzadas de la Unión Patriótica, pues representa un símbolo de esperanza, justicia y verdad”.