Guarne: Así atraparon a un peligroso asesino múltiple, que se ocultaba bajo la máscara de un campesino.
Los datos relacionados a continuación hacen parte de un especial que hizo el diario EL TIEMPO sobre este caso, ocurrido en el municipio de Guarne en el año 2016.
INFORME ESPECIAL: Crímenes resueltos
¿Cómo comenzó todo?
María Gladys, habitante de Guarne, desapareció súbitamente en enero del 2016, la mujer era soltera y su tío Luis Carlos Cuervo advirtió que algo raro sucedía cuando no la encontró en su casa, entonces, con el ánimo de encontrar a su sobrina a toda costa, recorrió las calles del pueblo de manera incansable, preguntó por ella y empapeló paredes y postes con su foto.
Con el paso de las semanas apareció la primera pista, un poblador le dijo que había visto a María Gladys el mismo día de su desaparición. Según el testimonio, iba acompañada de Jaime Iván Martínez Betancur, mayordomo de una finca en el municipio, el tío fue a preguntar a la finca, pero nadie lo atendió y regresó a su casa.
Luego comenzó a pasar algo desconcertante: cuando le escribía a su sobrina por WhatsApp, se daba cuenta de que recibía los mensajes. A los dos meses, el tío recibió un mensaje en el en el que supuestamente ella le decía que se había ido a otro pueblo por una oferta laboral, su tío convencido de que algo no estaba bien acudió a la Fiscalía y les contó a los investigadores la historia. Les dijo que sospechaba que detrás de la pantalla del celular de la sobrina se escondía otra persona.
Allí comenzaron a hacer un rastreo de la línea móvil y se determinó que la sim card de María Gladys estaba siendo utilizada desde otro celular, la persona que usaba el móvil estaba todavía en Guarne, pero no era posible dar con una ubicación precisa. Tuvieron que esperar cuatro meses para que quien utilizaba el dispositivo permaneciera en línea el tiempo necesario para ser rastreado. Cuando por fin se pudo hacer el rastreo, la pista ratificó lo que hasta entonces solo era una sospecha vaga del tío: el celular estaba siendo usado en la vereda Hojas Anchas, precisamente donde Martínez Betancur se desempeñaba como mayordomo.
El allanamiento
Un juez autorizó un registro de la vivienda en donde vivía el hombre, el 16 de junio del año 2016, personal del CTI entró a la finca y le explicó a Martínez Betancur que tenían una orden de allanamiento, el hombre los recibió tranquilo, de manos cruzadas, sin camiseta, rígido y con la mirada estática. En el rastreo de la vivienda, las autoridades encontraron las primeras evidencias en su contra: un reloj y un anillo que pertenecía a María Gladys, continuaron inspeccionando el área de la finca, un soldado del Gaula advirtió que no muy lejos había una tierra removida, tras escarbar, las autoridades encontraron el cuerpo de María Gladys Arango, lo peor estaba por pasar, las autoridades hallaron tres cuerpos más enterrados junto al de María Gladys, según se pudo determinar unos días después, pertenecían a Natalia García Gil, la novia de Martínez y con quien convivía. Los otros dos eran de sus hijos, de 8 y 5 años.
La confesión
Acorralado, el homicida confesó que él había cometido los cuatro asesinatos con sus propias manos, incluso, se atribuyó más de 20 homicidios que, según dijo en ese momento, había ejecutado a lo largo de una década, sin embargo, luego se retractó y afirmó que solo era responsable de las cuatro víctimas encontradas en Guarne, declaró con frialdad: “¿Quieren escuchar la verdad? La verdad, yo maté a mi compañera, a mis dos hijastros y a la amiga de mi compañera. Ella le hacía los cuartos y me llené de ira y los maté. Aparte de esos cuatro crímenes no tengo ningún otro encima”.
La primera víctima fue ella, su novia. Según la versión del mismo asesino, la ahorcó con una cuerda y la dejó sobre el piso. Luego, mató a los dos niños para no «dejar cabos sueltos». Solo le faltaba una pieza: María Gladys. Así que la citó en la finca y procedió de la misma manera. También expresó que no podía definir el momento de los asesinatos porque, según él mismo, “no sintió nada”. En costales llevó los cuerpos y los enterró en el sitio que las autoridades luego hallaron.
La sentencia
El 20 de enero de 2017, un año después de la desaparición de María Gladys, el Juzgado Cuarto Penal Especializado del circuito de Antioquia avaló el acuerdo celebrado entre la Fiscalía y la defensa del procesado y sentenció a 42 años de prisión a Jaime Iván Martínez Betancur, fue condenado por los delitos de homicidio agravado y desaparición forzada agravada.