
Un aberrante caso de zoofilia, fue conocido por uno de nuestros periodistas, luego que personas allegadas a un hombre de 62 años, manifestaran su angustia y preocupación, ante un caso que en principio las autoridades no logran ajustar “la cuerda procesal”.
Desde 2018, habitantes de la vereda Río Abajo en el municipio de Rionegro, han sido testigos en repetidas ocasiones de varios casos de maltrato animal, que involucran al mismo hombre, un habitante de esta zona rural, quien ha sido sorprendido en flagrancia por vecinos del sector, en al menos 15 oportunidades, la más reciente aproximadamente hace un mes, cuando se encontraba sosteniendo – actos sexuales con perros del sector -. En oportunidades ha sido increpado por los testigos, a quien de forma violenta el hombre de 62 años los ha amenazado con un machete, no obstante estas personas han dado aviso a las autoridades, quienes en una ocasión arribaron al lugar y condujeron al sospechoso a las instalaciones policiales, donde horas más tarde recupero su libertad. En varios de estos casos, se ha puesto la respectiva queja ante la Inspección de Policía, la cual a su vez le ha dado trámite a la Comisaria de Familia, aduciendo el presunto delito de <violencia intrafamiliar>, valiéndose de la acción de la amenaza a quienes lo sorprendieron en el momento.
Esta conducta denominada zoofilia, es una extraña práctica sexual, que implica tener relaciones con animales, por lo que los denunciantes estarían preocupados, al manifestar; “¿que pasara cuando deje de cometer estos actos contra las mascotas de la vereda?, nos preocupa que la próxima víctima sea un niño o una persona”.
Concepto jurídico.
No obstante y de forma respetuosa, se considera que el procedimiento policial y procedimiento administrativo, no fue, ni ha sido el más pertinente, toda vez que la <conducta principal> cumple los requisitos procesales del delito de; “delitos contra la vida, la integridad física y emocional de los animales agravado por los artículos 339 A y 339 B literal D”, por lo que en principio esta persona debió haber sido capturada en flagrancia por la Policía, de conformidad al artículo 32 de la Constitución Política de Colombia, que faculta la captura en flagrancia por cualquier persona.
Incluso el mismo agresor, reconoce que estas prácticas le causan placer y que goza al hacerlas, conocimos parte del relato de esta persona “me gusta como me hacen el sexo oral, yo lo hago porque me atraen, me gusta, a veces me siento solo”, en el caso más reciente, el animal abusado sería un perro macho, de raza criolla, a quien al parecer, el sujeto habría penetrado, causándole un desgarro en su ano.
Según los denunciantes, algunas veces solo lo han sorprendido masturbándose y forzando a las mascotas a hacerle sexo oral, en otras cuantas han visto como los intenta penetrar, de este abuso no se salvan ni si quiera los perros callejeros, por lo que este ciudadano ha sido catalogado por los vecinos como; “ el violador de mascotas”.
¿Qué opinan los especialistas acerca de este caso?
Le preguntamos al doctor Alexander Gómez García, Psicólogo de la UDEA y especialista en Salud Mental de la UPB, su opinión sobre las Parafilias. “Las prácticas sexuales con animales tienen varias connotaciones, y estas debemos puntualizaras de acuerdo a la finalidad conductual de la persona que lleva a cabo la práctica y al contexto. Es bien sabido por ejemplo, que en algunas regiones costeras, las prácticas sexuales con animales, hacen parte de los rituales de iniciación sexual en la adolescencia, y al tratarse de una práctica que tiene significantes culturales, no podríamos incluirla dentro de las parafilias o patologías sexuales; eventualmente en la niñez o la adolescencia, suelen practicarse de manera eventual algunas experiencias o fantasías sexuales que involucran animales, pero que generalmente no se llevan a la práctica o no van más allá de la experimentación. Sin embargo, cuando una persona ejerce la práctica sexual de manera habitual, y más aún en su adultez, estamos tratando con una práctica sexual fijada, o lo que llamamos desde el psicoanálisis una fijación que representa goce y una función vincular para la persona, ya estamos tratando netamente con una patología sexual o parafilia de orden zoofílico, así como muchas otras parafilias implican fijación en otros “objetos” de goce (niños, ancianos, muertos, etc). Una parafilia termina siendo entonces un trastorno en la conducta, en este caso sexual, que podría implicar rasgos de personalidad disociativos. En estos casos no hay claridad sobre si hay relación con algún trastorno de personalidad, pero se han hallado antecedentes de trastorno por déficit de atención en la infancia y trastorno disocial en personas con parafilias. Una persona con alguna parafilia, debe consultar con psicología y psiquiatría, para esclarecer su diagnóstico e ingresar en un tratamiento que ayude a controlar sus síntomas y conductas disfuncionales”.
Por el momento sobre esta persona solo recae una medida de <protección en el contexto de violencia intrafamiliar > concedida por el Comisario Tercero de Familia del municipio de Rionegro, teniendo en cuenta que hace menos de un mes, una de las denunciantes habría interpuesto ante fiscalía una <denuncia de tipo penal > por maltrato animal, desconociendo a la fecha los gravantes que esta conducta tiene, frente a un proceso que pudiera tener una medida con detención carcelaria.
DiariOriente se reserva los derechos para la divulgación de la identidad, tanto de las víctimas como del agresor, al igual que algunas imágenes y pruebas acerca del caso.
Asesoría Jurídica: Doctor Juan Oliveros
Asesoría Psicológica: Doctor Alexander Gómez
Investigación y trabajo de campo: Julián Dávila
