
Después de que el presidente Gustavo Petro advirtiera sobre la posibilidad de que Colombia entre en recesión económica en 2023, analistas afirman que si bien se espera un decrecimiento para el próximo año, el país no entrará en crisis como las que se vivieron en 1999 o 2020.
El profesor de la Universidad del Rosario Alejandro Useche afirmó en Caracol Radio que la recesión es una etapa del ciclo económico en la que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) crece en dos periodos consecutivos a ritmos menores o se ubica por debajo de su tasa promedio histórica.
“Recesión no significa que el país va entrar en crisis y que la producción del país va bajar, sino que va a crecer a ritmos más lentos”, explica.
En el caso de Colombia, se debe tomar en cuenta que el país ha presentado unas tasas de crecimiento muy altos, por lo que se espera que la tasa de crecimiento comience a normalizarse en cifras menores a las de 2021 y 2022.
“Es posible que Colombia vaya en camino a la recesión, pero se debe mandar un mensaje de tranquilidad, ya que puede ser una desaceleración del crecimiento, pero no una contracción de la producción”, indica.
Colombia ha vivido recesiones en dos periodos de su historia como fueron los años 1999 y 2020. “Comparándonos con estas etapas estamos lejos de vivirlos nuevamente”, agrega.
Frente a una recesión, desde el punto de vista de política económica se requieren medidas monetarias y fiscales expansivas.
En materia fiscal se necesitaría un Gobierno que aumente el gasto público, los subsidios y transferencias monetarias y que baje los impuestos para fomentar el consumo.
“Lo que estamos viendo es una política fiscal contractiva expresada en la nueva reforma tributaria que apunta a subir la tasa de impuestos y las tarifas vigentes. Si el Gobierno nacional estuviera interesado en focalizar el gasto público hacia actividades de tipo social y favorecer el consumo de ciertos grupos poblacionales, esto podría tener un efecto positivo en el consumo y ayudar a que la recesión no se profundizara”, detalla.
No obstante, no se puede afirmar que los actuales planes que tiene el Gobierno en materia social sean suficientes para dinamizar el conjunto de la economía en un contexto complejo como el actual.
“Se necesitaría una política monetaria expansiva, es decir que si la intención del Banco de la República fuera que no se presente una recesión, debería bajar las de interés, pero su prioridad es ahora bajar la inflación y va seguir subiendo la tasa”, señala.
Useche reconoce que esta subida puede ser un factor que contribuya a una posible recesión ya que encarecen los préstamos, dificulta el consumo y al inflación y frena el dinamismo económico.
“Este es un manejo necesario de la coyuntura económica del país, pero que la coyuntura actual puede significar una reducción del dinamismo de la demanda y por lo tanto de la producción”, agrega.
El experto asegura que las diferentes problemáticas que están generando la situación actual como la inflación, pueden comenzar a ceder antes de que termine este año o en el próximo, lo que permitirá la recuperación del poder adquisitivo y la normalización de la política monetaria.
Julio César Romero, economista Jefe de Corficolombiana S.A., indica que se espera una desaceleración del crecimiento anual a 5, 6% en el segundo semestre de este año, en medio de condiciones financieras más adversas para el consumo y la inversión privada.
Para el próximo año se prevé que los altos niveles de precios y tasas de interés, así como la menor entrada de remesas, reducirán el ingreso disponible de los hogares.
“La depreciación del tipo de cambio y el incremento en los precios de los combustibles contribuirán a frenar el ritmo de gasto privado, que aún seguirá siendo el principal motor del crecimiento dada su elevada participación en el PIB”, afirma.