El pasado 14 de septiembre el presidente Gustavo Petro estuvo presente en el Congreso Internacional contra el Tráfico de Sustancias Químicas en Defensa de la Vida, realizado en el Hotel Dan Carlton de Medellín.
Allí se refirió al fentanilo, que no sólo afecta a Colombia, sino también a otros países del continente y propuso la creación de puestos de salud en zonas de rumba para combatir su consumo.
El presidente mencionó que con la llegada de esta droga, puede darse un cambio en la dinámica, en la cual Colombia exportaría cocaína e importaría fentanilo.
“Nuestro aparato de inteligencia, policial y nuestros perros están acostumbrados a ver cómo se exporta la droga y cómo se intenta reprimir la explotación, pero no tienen ni idea de cómo reprimir una entrada porque nunca se pensó”, explicó Petro.
En el mismo sentido, Petro dijo que no creía factible que un joven tuviera la intención de buscar fentanilo, pues el consumo pocas veces se da de forma individual.
#Atención El presidente Gustavo Petro ordenará que se instalen puestos de salud cerca a los sitios de rumba en las ciudades donde se pueda detectar si las drogas que se consumen en esos sitios contienen también fentanilo. “Aquí cambia el paradigma”, dijo el presidente pic.twitter.com/T5zEXLjbBv
— BluRadio Colombia (@BluRadioCo) September 14, 2023
El presidente enfatizó en la importancia de hacer seguimiento al consumo de drogas en las zonas rosa, pues «ahí es donde se combinaría el fentanilo sin que la gente sepa”.
También mencionó que impartirá una orden en las ciudades para que en los sitios de fiestas colectivas tengan puestos de salud pública con un instrumento que permita detectar el fentanilo.
“Para que cualquier muchacho o muchacha que haya adquirido sustancias en la zona pueda tener, con confianza, la posibilidad de entregarle a un señor en el puesto y preguntarle si eso tiene o no fentanilo», propuso Petro.
Finalmente, se aclaró que, pese a que el fentanilo no ha acusado hasta el momento ninguna muerte en el país, sí se han registrado varios casos de personas intoxicadas por la sustancia altamente adictiva que tiene un valor que ronda entre los $250 mil y los $400 mil.