AltiplanoEl Carmen de Viboral

‘Me torturaron para curar mi homosexualidad’: Testimonio de carmelitano víctima de Terapia de Conversión

En el Congreso de la República se dio un paso significativo en la protección de los derechos de la comunidad LGBTIQ+ en Colombia. En segundo debate, fue aprobado el proyecto de ley 272 que busca prohibir las mal llamadas “terapias de conversión”, que pretenden cambiar la orientación sexual o identidad de género de las personas a través de métodos violentos.

 

Entre los testimonios que respaldan esta iniciativa, se encuentra el relato de David Zuluaga, un hombre oriundo del municipio de El Carmen de Viboral,  que durante casi cuatro años fue sometido a múltiples torturas físicas y psicológicas bajo la falsa promesa de «curar» su homosexualidad. David, licenciado en lengua castellana y actualmente coordinador de un colegio en Rionegro, compartió su experiencia a DiariOriente.

A sus 12 años ingresó a una comunidad católica misionera llamada ‘Lazos de Amor Mariano’, a esa edad ya enfrentaba una crisis de rechazo, dos intentos de suicidio y mucho bullying. “Esta comunidad me brindó compañía, me sentí muy cercano. Fui muy bien recibido, hice amigos y muchas experiencias” manifestó David.

A los 14 años, confió en su prima, quien era la directora local de la comunidad, sobre su orientación sexual. “De manera muy angustiosa lo vio como pecado, desde ahí empezaron las ‘terapias de conversión’”. Esta terapia incluía exorcismos realizados por laicos, que intentaban expulsar lo que ellos consideraban como el ‘espíritu de la homosexualidad’.

“Se me retiraron todas las actividades que tenía a cargo dentro de la comunidad y comenzó una serie de exorcismos, dentro de la comunidad se nombra como ‘la bendición de María Auxiliadora’. Me arrojaban al suelo, me hacían oraciones, me golpeaban en el estómago con el codo esperando que yo vomitara el espíritu de la homosexualidad” Expresó David

David relata cómo fue sometido a abstinencia, mortificaciones y ayunos extremos que lo llevaron a desarrollar una úlcera gástrica. A pesar del sufrimiento físico y psicológico, David ahora alza su voz para invitar a otras personas que puedan estar pasando por experiencias similares a buscar ayuda y rechazar estas prácticas abusivas.

“Es esencial que contemos todo este tipo de historias, que las personas que hayamos pasado por estas terapias alcemos nuestra voz y contemos nuestra experiencia.

Las personas que estén pasando por estas experiencias busquen otras opciones, estas formas de reprimir al otro, maltratar al otro física y psicológicamente no es una opción, esto puede terminar en problemas de depresión graves y hasta en suicidio.”

La aprobación de este proyecto de ley representa un avance en la protección de los derechos humanos en Colombia. “No hay nada que curar, esto que pasa no es terapia, es tortura.” concluyó.

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