
En horas de la mañana de este viernes 24 de marzo, las autoridades incautaron en la vereda San Nicolás jurisdicción del municipio de la Ceja, una hembra Tití piel roja de avanzada edad, la cual ingresó al centro de atención y valoración médica veterinaria de CORNARE en muy mal estado físico, con signos de malnutrición, pelaje opaco, distensión abdominal marcada e incluso presenta ausencia de algunos de sus dientes y crecimiento anómalo en uno de ellos, esto según lo que explicó Camilo Muñoz Collazos, médico veterinario del Centro de Atención y Valoración de Cornare.
Se cree que el animalito llevaba varios años en cautiverio debido a las condiciones físicas y clínicas que presentaba, pues al momento de su revisión el médico veterinario logró evidenciar que presentaba una fractura vieja ya consolidada en la parte más distal de su cola, por lo que se puede asegurar que permaneció en cautiverio durante un tiempo prolongado, pues se conoce que a la persona a la que se le realizó la incautación manifestó que había sido un regalo y que no sabía de donde provenía el animal.
Las autoridades lograron rescatar a la hembra, gracias a la denuncia de un ciudadano quien señalaba que en zona rural del municipio, se encontraba este animal en muy mal estado.
Se debe recordar que Cornare tiene definida la línea 6045201170 extensión 212 para denunciar cualquier caso de cautiverio o tenencia ilegal de fauna silvestre.
El mono tití en vía de extinción
El tití piel roja o cabeciblanco (Saguinus oedipus) es un primate endémico de las selvas tropicales de Colombia, que de acuerdo con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) se encuentra En Peligro Crítico de extinción. Este primate, que no pesa más de 500 gramos y se distribuye en siete departamentos del país como Chocó, Antioquia, Córdoba, Sucre, Bolívar, Atlántico y Magdalena, es una especie emblemática, a la que incluso se ha llegado a considerar como el panda colombiano. Sin embargo, como se trata de una especie carismática, su supervivencia se ha visto amenazada principalmente por el tráfico ilegal de fauna silvestre y la expansión de la frontera agropecuaria.
El tráfico de fauna es un delito
En Colombia la caza, el transporte, la comercialización y la tenencia ilegal de fauna silvestre se catalogan como un delito ambiental y acarrea multas, según lo establece la Ley 1333 de 2009. Adicionalmente, el Código Penal colombiano contempla penas entre 48 y 108 meses de prisión para quienes se apropien, extraigan, exploten, mantengan o se aprovechen sin permiso de animales silvestres en el territorio nacional.