Marinilla

El crimen pasional que consternó a Marinilla

Vecinos y familiares presenciaron el brutal homicidio. Cuando los hombres que estaban en el lugar se armaron con palos para tratar de defenderla, ya era demasiado tarde.

“Tenía heridas en la cabeza, en el cuello, en el pecho, en la espalda, en los brazos. Tenía heridas por todas partes”, contó una pariente de la joven.

En total fueron 46 las puñaladas que recibió Carolina María Cuartas Gallego. Tenía 21 años de edad. Llegó con vida al hospital, pero no pudieron salvarla.

crimen-marinillaEl señalado victimario, capturado en flagrancia, no era un desconocido. Con Delio José López Velásquez, el detenido, había tenido un bebé que cumplió 7 meses de nacido un día después del crimen. Ambos habían sido pareja durante 2 años, aunque nunca habían vivido juntos precisamente porque la familia de ella no aceptaba que él se mudara a la casa porque solía maltratarla. Habían terminado la relación una semana antes del ataque.

“Mamá, yo siento que me muero ligero. Yo sé que a mí me van a matar porque él me ha jurado que si yo lo dejo, me estalla y que la mata a usted también’, eso me lo dijo mi hija y aquí en presencia mía él juró muchas veces que la iba a estallar”, narró, sentada en la cama en la que solía dormir la joven y apoyando las manos en la cuna del hijo de ambos, tratando de contener las lágrimas, la señora Alicia Gallego.

¿La amaba?

“Yo no quería matarla, yo la amo”, eso fue, según testigos del hecho, lo que dijo el hombre cuando la Policía lo capturó instantes después del homicidio.

El atroz crimen ocurrió la noche del sábado en la calle 35 con carrera 33 del barrio Las Mercedes, en Marinilla.

Las calles estaban repletas de adultos y de niños. Los vecinos de la cuadra estaban jugando amigo secreto. Ya habían hecho el intercambio de regalos y estaban en pleno asado cuando Delio José se presentó en el lugar.

“Caro, venga’, así le dijo, entonces se hicieron a un lado y empezaron a discutir. Yo estaba pendiente. Luego se sentaron en la acera y empezaron a hablar. Me di la vuelta, di 5 pasos y entonces los niños empezaron a gritar que se la había llevado arrastrándola del pelo”, contó un familiar de la joven. Cuando corrieron a mirar para dónde se la había llevado, ya la estaba apuñalando, aseguraron varios testigos.

La ruptura

Aunque en otras ocasiones él la había cascado, según aseguraron allegados de la muchacha, siempre se mantenían juntos, hasta el sábado anterior al crimen, cuando en medio de una discusión él le pidió que le devolviera una muda de ropa que le había regalado. La joven, que ya la había echado a lavar, tuvo que escurrirla y meterla en una bolsa para entregársela. “Hasta le pidió una faja que tenía puesta. Se la tuvo que quitar en plena calle”, contó un familiar.

Desde ese día dejó de llamarla, hasta una semana después, cuando el hombre se presentó en el asado.

“Mi hija estaba contenta, se sentía liberada, podía salir a la puerta”, relató la mamá de la víctima, que explicó que desde la casa de él se veía la entrada de la vivienda de ella y que si él la veía afuera inmediatamente había problemas.

“Ella me había preguntado que si yo la acompañaba a la Fiscalía, para que él no la pudiera tocar a ella ni a ninguno de nosotros, y yo le había dicho que sí”, agregó mientras lloraba.

Lamentablemente no alcanzaron a poner la denuncia. A la joven la sepultaron el lunes en la tarde en el cementerio municipal de Marinilla. Muchos que la habían visto crecer, fueron a despedirla. Al hombre lo enviaron a prisión mientras dura la investigación en su contra. Lo imputaron por el delito de homicidio agravado, pero no aceptó los cargos. Mientras tanto, en la casa de ella, cuidan entre abuelos y tíos al pequeño de ambos.

Fuente: Qhubo

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